Construcción y ciudades sostenibles

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Las poderosas herramientas culturales y tecnológicas puestas en juego desde los principios de la revolución industrial han transformado el mundo. El crecimiento demográfico ha intensificado la presión sobre los recursos naturales, el medio habitable ha sido sustancialmente modificado a una velocidad hasta entonces insospechada y los sistemas que mantienen la vida sobre la Tierra han sido objeto de todo tipo de cambios y tensiones. Las tasas de crecimiento, si vienen acompañadas de un nivel de explotación incontrolado como el actual, hacen pensar que los recursos ambientales serán insuficientes en un futuro cercano.

Aproximadamente el 20% de la población mundial, en su mayoría habitantes de núcleos urbanos de las áreas geográficas más desarrolladas, consumen el 80% de los recursos naturales. Y las previsiones indican que en los alrededores del año 2025 el porcentaje de población urbana podría alcanzar el 75% de la población mundial, en contraposición al 50% actual y al 10% de principios de siglo. La ciudad sufre en su propia estructura las agresiones realizadas al medio y es, al mismo tiempo, una herramienta fundamental para un desarrollo sostenible.

La sostenibilidad, término que la Conferencia de Río de 1992 popularizó, debe entenderse en términos de reacción contra la degradación y contaminación ambientales, el excedente demográfico desequilibrado y la injusticia social. Su objetivo es garantizar que la satisfacción de las necesidades del presente no comprometa la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas. La sostenibilidad no es ningún dogma, sino más bien un proceso en desarrollo constante que se introduce en todas las actividades humanas, y disciplinas como la planificación y el diseño urbanos no son una excepción.

 

Dado que los sistemas urbanos y las redes industriales y de servicios que generan a su alrededor son los elementos que implican un mayor impacto sobre la Tierra, se configuran como el principal objetivo de las decisiones a tomar. Es fundamental, pues, desarrollar actuaciones municipales que faciliten la aplicación de criterios de sostenibilidad, tanto en la edificación como en el resto de actividades. En este sentido, cabe destacar la importancia de la Carta de las Ciudades Europeas hacia la Sostenibilidad, conocida como la Carta de Aalborg.

Por ahora, los núcleos urbanos importan una cantidad ingente de recursos, la mayoría de los cuales no son renovables y proceden de lugares alejados. La incorporación de criterios de sostenibilidad en su desarrollo obliga a considerar nuevas premisas: por un lado, las materias primas no deberían ser utilizadas más allá del límite que fijan sus posibilidades de restitución; por otra parte, además de garantizar el suministro de agua, energía y materiales, hay que abordar temas como el transporte y la movilidad, los residuos y las telecomunicaciones, todos ellos ligados al consumo energético y la contaminación atmosférica.

El modelo de ciudad compacta y diversa apunta como el que consume un menor número de recursos y facilita el transporte y la movilidad. Sin embargo, su desarrollo se debe reforzar con la búsqueda de nuevas soluciones para el ahorro de agua y energía y la gestión de los residuos. Esto hace imprescindible la adopción de medidas concretas, tanto en la planificación urbanística como en el diseño encaminado a minimizar el consumo energético en los edificios.

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Construcción sostenible

La definición de unos criterios que determinen las características constructivas de un edificio medioambientalmente sostenible puede convertirse en un trabajo sin límite: los parámetros que se deben analizar son muy numerosos. No obstante, algunos de estos parámetros tienen una incidencia más importante que otros, tal y como se deduce de los estudios de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) realizados.

La coherencia con estos estudios previos nos lleva a definir algunas premisas de fácil aplicación para el proyectista. Si se adoptaran las soluciones recomendadas, el tipo de edificio que resultaría debería tener un impacto medioambiental significativamente inferior a los habituales.
Los tres parámetros más representativos son:

Consumo de energía

Se trata de reducir el impacto derivado del consumo de energía a lo largo de la vida útil del edificio (dado que suele provenir de fuentes no renovables) así como disminuir la emisión de CO2 y de sustancias tóxicas (NOx, SOx) a la atmósfera. Estas emisiones se producen, sobre todo, cuando la energía se obtiene de la combustión de combustibles fósiles.

El incremento del aislamiento en la edificación, la ventilación natural y la utilización de energías renovables reducen el impacto de este consumo.

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Durabilidad y transformabilidad de la edificación

La mayor durabilidad de los edificios disminuye el impacto ambiental relativo, en función del incremento de su vida útil. La durabilidad depende de varios factores y no únicamente de la calidad de la construcción. También inciden decisivamente las características tipológicas y constructivas que determinan la adaptabilidad física y funcional del edificio a las necesidades cambiantes de espacio y uso de las viviendas y, más aún, en los edificios con usos no domésticos.

Materiales y residuos de construcción

Deben evitarse los materiales de construcción potencialmente peligrosos para la salud o el medio ambiente y, especialmente, todos aquellos que, además, generan residuos tóxicos o contaminantes.

Asimismo, hay que minimizar los residuos inertes que innecesariamente van a parar a los vertederos, mediante una doble estrategia: reducir los residuos que se originan y fomentar su reciclaje. En este sentido, la edificación ligera origina residuos fácilmente reciclables, aunque hay que considerar su repercusión en el comportamiento energético del edificio (inercia térmica).

Sin embargo, sólo podremos llegar a explotar las ventajas de estas características materiales, si desde el proyecto se adoptan criterios que faciliten el desmontaje y la separación selectiva de los residuos sobrantes en el futuro, durante los procesos de rehabilitación y demolición del edificio .

 

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