Aislamiento térmico y eficiencia energética

eficiencia energética

El aislamiento térmico de los edificios y viviendas es una parte fundamental si queremos alcanzar un grado óptimo en cuanto a eficiencia energética. Además hay que tener en cuenta que a nivel global, la gran mayoría de energía que se necesita para climatizar edificios y viviendas proviene de energías no renovables, como la combustión de combustibles fósiles.

Utilizar un correcto aislante término es fundamental si queremos mejorar el aprovechamiento de la energía que consumen los edificios. Esto es sencillo en el caso de edificaciones nuevas, ya que se puede tener en cuenta a la hora de elaborar el proyecto, sin embargo la clave está en actuar en los edificios ya construidos y que no cuenten con este tipo de aislamientos. Normalmente las zonas críticas a mejorar son las exteriores, es decir, ventanas, puertas, cubiertas, fachada… ya que permiten reducir las pérdidas energéticas al actuar como barrera frente al exterior. En este aspecto, uno de los métodos más fiables y más utilizados en edificios ya construidos es el poliuretano inyectado (haz clic aquí para ver el sandwich de poliuretano inyectado).

Muchas veces en edificios ya construidos no se pueden realizar este tipo de intervenciones desde el exterior, ya que implicaría modificar la fachada o realizar reformas integrales, y si se realiza desde el interior nos encontramos con el problema de que no queremos perder espacio habitable. Es por esto que la inyección de poliuretano como aislamiento térmico es una de las soluciones más óptimas para reducir la humedad y los puentes térmicos, lo que conlleva una mayor eficiencia energética que se traduce en menos gasto y mayor confort.

Estos sistemas de aislamiento aportan muchas ventajas: requieren muy poco espacio y pueden ser inyectados en multitud de materiales (hormigón, yeso, ladrillo, metal, madera…) El procedimiento es muy sencillo, ya que basta con inyectar el poliuretano en estado líquido dentro de la cámara de aire de la fachada. Para ello se han de realizar pequeñas perforaciones en la pared, lo que permite introducir el aislante en la cámara de aire del interior. Este aislante posteriormente se expande sellando completamente la cámara y cubriendo todos los posibles huecos a través de los cuales se estén produciendo filtraciones, lo que aisla el edificio de una forma eficaz y sin realizar obras.

 

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